Parece ser que el pasodoble procede de la tonadilla escénica, que era una composición que en la primera mitad del siglo XVIII servía como conclusión de los entremeses y los bailes escénicos y que luego desde mediados del mismo siglo era utilizada como intermedio musical entre los actos de las comedias.
Concretamente y estableciendo cinco etapas (entre 1750 y 1850) en el desarrollo de la tonadilla, en la tercera, entre 1770 y 1790 cuando la tonadilla hubiera llegado a su madurez y apogeo, sería el momento en el que nacería la tonadilla unipersonal, precursora de las variedades que irían apareciendo en los siglos posteriores, entre las cuales encontraríamos diferentes pasodobles que hoy conocemos
En opinión de Manuel Delgado-Iribarren (autor de Los Toros en la Música - COSSIO-) el pasodoble procedería de un tipo concreto de marcha militar, de compás binario (paso-doble), que debió generalizarse en España en el siglo XVIII, si bien luego, merced a dicha expresión habría sido adoptada por las bandas municipales formando parte del repertorio junto con oberturas, fantasías, mazurcas...
De esta manera la primitiva marcha militar, guerrera, épica, habría tenido su máximo explendor durante la Guerra de la Independencia para, poco a poco, ser incorporado por la población civil en sus variantes lúdicas y hacerse melodía danzarina torera.
Esta evolución como bien dice Manuel Delgado Iribarren, no es otra cosa que una hipótesis, pues no hay datos suficientes para comprobarla con rigor.
Tras esta etapa púramente militar (siglo XVIII) vendría la fase de incorporación de elementos populares (durante el siglo XIX), con la adición de elementos armónicos de la seguidilla, jota, bolero, flamenco... y sobre todo la incorporación de la cadencia andaluza.
La fase final sería la elaboración técnica de la obra orientando el pasodoble hacia la danza, el teatro, el cuplé y la canción.
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